J.B. Johnson, el primer antropólogo que observó el uso de los hongos enteogénicos en México en 1939 también mencionó la existencia de una infusión visionaria preparada con unas hojas a las que llamó “hierba María” (Johnson 1939). Por su parte, Blas Pablo Reko, un pionero en el estudio de los enteógenos mexicanos recolectó muestras de unas hojas usadas en adivinación (material inadecuado para su identificación botánica) en la zona Mazateca de México (B.P. Reko 1945). En 1952, Robert Weitlaner describió una ceremonia de cura en la que se utilizaba la “yerba de María”. Posteriormente, durante los años 1960-1962 R.Gordon Wasson hizo varias recolecciones de esta planta, observó su uso y la ingirió elmismo. Finalmente, en 1962 Wasson y Albert Hofmann recogieron muestras adecuadas de este misterioso enteógeno, que Epling y Játiva identificaron como una nueva especie, Salvia divinorum (Epling y Játiva-M. 1962; Wasson 1962). Durante su expedición de 1962, Wasson y la mujer de Hofmann, Anita, ingirieron el jugo de las hojas en el transcurso de una ceremonia de curación celebrada el día 9 de Octubre, y el propio Hofmann lo ingirió la noche del 11 de Octubre cuando dio a María Sabina sus comprimidos de psilocibina sintética. Aunque Anita Hofmann recibió el jugo de sólo tres pares dehojas, comentó haber visto “imágenes sorprendentes de contornos brillantes”. Albert Hofmann por su parte ingirió el jugo de sólo cinco pares de hojas que le causó “sensibilidad mental y una intensa experiencia, que sin embargo no fue acompañada de alucinaciones”. Hofmann regresó a Suiza con el jugo fresco de las hojas conservado en alcohol para su posterior análisis químico (Hofmann 1980; Hofmann 1990). El principio activo pareció ser inestable, puesto que le fue imposible detectar ninguna actividad en el jugo que tomó en Suiza ni en consecuencia aislar los principios activos. Dos décadas más tarde, Ortega y sus colaboradores consiguieron aislar de las hojas de Salvia divinorum un compuesto activo al que denominaron “salvinorina” (Ortega 1982). Dos años después, Valdés y sus colegas aislaron dos diterpenos de la planta a los que asignaron el nombre de divinorinas A y B (Valdés et al. 1984). Puesto que la divinorina A resultó ser idéntica a la salvinorina aislada anteriormente, la denominación correcta de los dos compuestos es salvinorina A y salvinorina B (Valdés et al. 1987). La salvinorina A es psicotrópica y produce unos efectos en los animales similares a los de la mescalina. En la planta parecen existir además otros diterpenos activos (Valdés 1983; Valdés et al 1987). Sin embargo, el efecto principal de la salvinorina A, obtenida por ambos grupos de investigadores a partir de las hojas secas, fue sedante. En 1962 R.G.Wasson resumió sus descubrimientos sobre la etnofarmacognosia de Salvia divinorum en la zona mazateca de México, donde la planta recibe el nombre de ska pastora o ska María pastora, “hojas de la pastora” u “hojas de María pastora” (Wasson 1962). El nombre mazateca muestra una clara influencia católica aunque la María bíblica no fue una pastora ni figura pastora alguna en la iconografía católica. Wasson describió los efectos de las hojas de ska pastora, que ingirió por primera vez el 12 de julio de 1961 en Ayautla, Oaxaca. Las hojas se acostumbran a tomar por pares y los indios “consumen su dosis mordisqueándolas con sus incisivos” cosa que a Wasson le fue imposible hacer dado su sabor extremadamente amargo, por lo que machacó sus 34 pares de hojas para extraer el jugo que diluyó posteriormente en agua. Wasson afirmó que “el efecto de las hojas llegó antes de lo que solía ser habitual con los hongos, fue menos profundo y de más corta duración. No hubo la menor duda acerca del efecto pero no fue más allá de las sensaciones iniciales que se obtienen con los hongos: colores en movimiento formando elaboradas formas tridimensíonales” (Wasson 1962). Al año siguiente, Wasson publicó nuevos detalles sobre el uso de S. Divinorum entre los que aventuraba que la planta era la antigua droga azteca pipiltzintzintli (Wasson 1963). Mencionaba además la práctica de machacar las hojas en un metate para extraer su jugo, que se daba a las personas sin dientes, a diferencia de la forma tradicional de ingestión consistente en mordisquearlas (Wasson 1962; Wasson 1963). La práctica de morder las hojas enrolladas a modo de cigarro es aún habitual en la zona mazateca de Oaxaca (Blosser 1991; Mayer 1977b) y a veces se elabora una poción triturando las hojas machacadas en agua (Valdés et al. 1983; Valdés et al. 1987). Además de la hipótesis de Wasson de que ska pastora fuera la antigua pipiltzintzintli de los Aztecas, se ha conjeturado que Salvia divinorum está representada en el tocado de un “dios de la muerte” pintado en un panel del antiguo Dresden Codex maya (Emboden 1983). El estudio etnográfico más completo de ska pastora es el de Valdés y sus colaboradores, en el que describen el uso del jugo de Salvia divinorum en dosis de 20-80 pares de hojas, unos 50-200 gramos; 20 pares es la “dosis del principiante” (Valdés et al. 1983), junto con la descripción de sus experiencias visionarias personales provocadas por la droga (Valdés et al. 1983; Valdés et al. 1987a). En vista del margen de dosificación, es sorprendente que Anita Hofmann experimentara efectos enteogénicos después de la ingestión del jugo de sólo tres pares de hojas (Hofmann 1980; Hofmann 1990). En su biografía, María Sabina describe su costumbre de usar ska pastora “en el tiempo en el que no se consiguen hongos” (Estrada 1977). Algunos han considerado a las hojas de la pastora como un enteógeno inferior. Esta actitud puede deberse en gran medida a la necesidad manifiesta de consumir grandes cantidades de las hojas frescas para poder experimentar unos efectos claros, y a la aparente inestabilidad del principio activo, puesto que se afirma que el jugo conserva su actividad sólo durante un día y las hojas pueden conservarse frescas durante una semana si se envuelven con otras hojas (Valdés et al. 1983). Puesto que se ha determinado que la salvinorina A posee efectos sedantes en los ratones, existen dudas de que sea realmente el principio enteogénico de efecto claramente estimulante presente en las hojas. Algunos consideran a la ska pastora el enteógeno Por excelencia (Bigwood 1978) y existe un moderno mercado de plantas vivas de S. divinorum la “salvia de los videntes” en los EEUU, a pesar de que un experto americano en hierbas medicinales manifestara que “en mi caso las hojas apenas me produjeron efectos perceptibles… predigo que Salvia divinorum nunca se convertirá en un euforizante popular dentro de la subcultura” (Foster1984). En 1975 observé la práctica de fumar las hojas recién desecadas de S. divinorum traídas frescas de la zona mazateca, entre usuarios jóvenes de marihuana en la Ciudad de México, un uso del que informaría más tarde Díaz (Díaz 1975). Pude verificar personalmente que esta forma de administración producía realmente un corto efecto. Este uso no indio tan peculiar de la planta aún se da hoy en día (Blosser 1991; Pendell 1992). Basándose en diversos autoexperimentos, Díaz clasificó la S. divinorum junto con la marihuana y Calea zacatechichi como “oneirógeno” es decir planta inductora de sueños (véase Apéndice B; Mayagoitia et al. 1986) y cognodisléptico” o droga que induce “una mayor viveza discernible en todas las esferas sensoriales” (Díaz 1979). Díaz rechazó la identificación propuesta por Wasson del pipiltzintzintli como S. divinorum sugiriendo por su parte que la marihuana, Cannabis sativa, era en realidad la antigua droga de los Aztecas(Díaz 1975; Díaz 1979). Se acepta de forma generalizada que la marihuana (véase más adelante) fue introducida en el Nuevo Mundo con posterioridad a la conquista, de forma que Schultes y Hofmann calificaron la hipótesis de Díaz como “más que muy improbable” (Schultes y Hofmann 1980). Salvia divinorum se puede cultivar fácilmente (Valdés 1987) y de hecho no se conocen variedades espontáneas, existiendo sólo algunas poblaciones aisladas en la Sierra Mazateca, aunque su cultivo en los Estados Unidos y otros lugares se ha popularizado en los últimos años. Los indios Mazatecas creen que la planta no es originaria de su región en la Sierra Madre Oriental (Wasson 1962b) y desconocemos de donde procedió ya que no se han descubierto poblaciones silvestres ni se conoce a su antecesor silvestre aunque se opina que la planta con la que tiene un parentesco más cercano es la especie silvestre mexicana Salvia cyanea (Epling y Játiva-M 1962). La afirmación de los indios Mazatecas de que la planta es inactiva cuando está desecada es falsa puesto que se sabe que las hojas secas conservan su actividad durante un tiempo considerable. Los Mazatecas parecen ignorar la actividad de la planta cuando se fuma aunque puede que hayan tenido noticia de ello a través de los forasteros, algunos de los cuales consumen la planta como si de una especie de marihuana se tratara. Al fumar las hojas secas, la inhalación de cinco o seis caladas en rápida sucesión produce un suave efecto similar al de la ingestión de las hojas frescas, efecto que se inicia hacia la quinta o sexta inhalación y dura de una a dos horas. Mis colaboradores y yo hemos determinado recientemente que es innecesario tragar las hojas su jugo y que la absorción más eficiente de los principios enteogénicos se produce en las membranas mucosas de la boca. Con sólo seis hojas bien mascadas mantenidas en la boca (del modo en que se masca la coca) se consigue un efecto enteogénico que se inicia hacia los diez minutos y que dura de una a dos horas (Ott 1995; Siebert 1994). Aunque los dos grupos que aislaron por primera vez la salvinorina A no informaron acerca de sus propiedades farmacológicas en el ser humano, estudios recientes han demostrado que este compuesto es el más potente enteógeno natural conocido, activo por vía inhalatoria (fumado) a dosis tan bajas como 200 mcg. Mi hipótesis de que la planta podría contener tujones psicoactivos (véase más adelante) presentes en otras especies de Salvia resultó ser errónea puesto que mediante destilación con arrastre de vapor de las hojas frescas no se pudieron obtener estos compuestos (Ott, notas de laboratorio no publicadas). También estoy intentando hibridizar dos clones de la planta que producen flores con el fin de obtener semillas fértiles. En un intento anterior se pudieron obtener semillas pero resultaron destruidas por un exceso de calor en el invernadero antes de que se pudiera determinar su viabilidad (Valdés et al. 1987a). Creo que muchas personas que tengan la oportunidad de conocer las ska pastora apreciarán este interesante enteógeno y estoy seguro de que con el tiempo este enteógeno único, legal y fácilmente cultivable atraerá a más y más devotos hacia nuestra señora María la pastora.
Jonathan Ott y Albert Hofman
En nuestra BIBLIOTECA VIRTUAL podras encontrar otros articulos sobre la
Salvia Divinorum de Mexico y otros Enteogenos
SOBRE LA SALVIA DIVINORUM (del libro Pharmacotheon de Jonathan Ott)
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